Por: Bianca Pescador

El jueves pasado fui al Teatro NH (en la Ciudad de México) a ver la obra «Mi primera cita LGBT», interpretada magistralmente por el guapo y talentoso mazatleco Carlos Valadez (es mi paisano, por eso me permito deshacerme en halagos) y el carismático y sociable Ruberli. La producción es de Fernando Martínez y la dirección corre a cargo de Rodrigo Verástegui.

A lo largo de tres años, la obra se ha montado con diferentes elencos en cuatro diferentes versiones: heterosexual, transexual, lésbico y gay. ¿Cómo así? Porque se basa en una simple y llana premisa: AMOR ES AMOR. Y una primera cita es una primera cita, te gusten hombres, mujeres, los dos, o te hayas transformado a tu verdadera identidad. Los nervios son los nervios y las ganas de aparentar algo que no se es —por lo menos al principio— es algo que TODOS tenemos en común.

«La idea desde que concebí la obra era transmitir que todos somos seres humanos y amamos de la misma manera. No importa si eres heterosexual u homosexual, todos tenemos los mismos nervios y pasamos por situaciones similares en una primera cita. En cuanto a relaciones, en general tenemos los mismos problemas sin importar nuestra preferencia», me dijo Rodrigo al finalizar el evento, mientras brindábamos con una copa de vino Solovino.

No te quisiera contar la historia (por si la vas a ver, aunque ojo, porque únicamente estará tres semanas más en cartelera). Solo diré que es una comedia que no descubre el hilo negro… a menos que nunca hayas tenido una cita, entonces sí lleva libreta en mano; pero en general te diría que es una obra que te hará reír porque SEGURO te vas a identificar ya que, como digo, no importa quién te guste, los escenarios son muy parecidos a la hora de ligar.

«Es una obra muy light, sencilla, bonita, no pretendemos cambiar el mundo, pero sí que la gente venga a pasar un rato muy divertido, recordando cómo fue o cómo han sido sus primeras citas», me comentó Ruberli terminada la función. «Lo que yo pretendo como actor es que vengas y te ataques de la risa. Cuando escucho carcajadas digo ¡perfecto!, ya logré mi objetivo».

Ojalá esta obra nos ayude a darnos cuenta que sin importar nuestra preferencia sexual, hay sentimientos y emociones universales que nos unen. Y sin entrar en juicios de valor sobre qué está bien y qué no es «natural», poder aceptar y amar a las personas sin obsesionarnos por su orientación amorosa.

Porque «ser buga» o «ser gay» no debería considerarse sinónimo de distorsión o enfermedad. La soledad, el juicio y el fracaso lo sentimos todos. ¿Por qué no hacernos la vida más amable a través de la tolerancia, el respeto y la empatía? Practicar esos valores seguro que sí nos hará mejores seres humanos.

«El mensaje principal, a mi parecer, es cada quien debe hacer lo que quiera y le haga feliz, mientras no lastimes a nadie y seas honesto con los demás y contigo mismo. En el respeto a tus decisiones viene implícito el mensaje de libertad y autenticidad, porque en realidad nunca le vas a dar gusto a la gente, nunca vamos a complacer a todos, entonces lo más importante es que tú estés contento con quien tú eres y con lo que haces», expresó Carlos antes de despedirnos.

FRASE:
“La obra es una comedia blanca, sin albures ni doble sentido, que todo el mundo puede disfrutar porque inevitablemente acabarás identificándote con alguno de los cuatro personajes”.

La obra se estará presentando este jueves 3, 11 y 18 de agosto en el Teatro NH (en la Ciudad de México)

*Este texto fue publicado originalmente en el HuffPost México.