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Esta tradición, llena de color y sensibilidad que se realiza los días 1 y 2 de noviembre, atesora una riqueza ancestral que busca enaltecer el recuerdo de aquellos que han traspasado el umbral de la muerte; reflexionar, velar y festejar su regreso temporal a la Tierra y aplaudir su memoria a través de recuerdos…

En Oaxaca “El Día de Muertos”es una de las tradiciones más valiosas. Cuenta una leyenda que los caminos se iluminan con luces resplandecientes que el tiempo no apaga.  Los hogares se visten con ofrendas. Los pétalos de flores de Cempasúchil (la flor representativa de la festividad), el incienso y la luz de las velas trazan los caminos que facilitan el retorno de las almas a la tierra. En los altares, se ponen fotografías, indumentaria y joyas, para honrar el recuerdo de un ser querido…

La riqueza cultural de México sirve como inspiración para crear exquisitas joyas con luz propia que narran historias, tesoros de amor heredados de generación en generación. Los maestros orfebres de Oro de Monte Albán  dan vida a fascinantes joyas empleando la técnica de filigrana en donde el esplendor de la plata y los cristales de colores vibrantes engarzados sobre dijes, anillos o aretes evocan elegancia y sofisticación, recordándonos que nuestra luz perdura a través del tiempo.

La icónica colección “Coqueta” de Oro de Monte Albán es una celebración al trabajo artesanal y a la incomparable belleza de la filigrana. Se encuentra disponible en los puntos de venta en Oaxaca, en la zona arqueológica de Monte Albán, y el Centro Histórico de la Ciudad de México (The Shops DownTown).

Oro de Monte Albán es un legado de la joyería prehispánica. Su taller tiene la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) para crear las reproducciones de las joyas en oro y plata más emblemáticas encontradas en la Tumba número 7 en Monte Albán, Oaxaca.