Por: José Cruz
Psicoterapeuta Gestalt y educador sexual
En estos tiempos, la frase: “No eres tú, soy yo” ha sido muy satanizada y mal entendida, a tal grado de que la vemos como una ofensa, un insulto a nuestra inteligencia o la vivimos como una situación negativa, sin embargo, debido a los últimos acontecimientos en mi vida, te puedo compartir que la he podido resignificar.
En los últimos meses, dos personas que estuvieron en mi pasado, regresaron en diferentes momentos, queriendo platicar conmigo, mis primeros pensamientos fueron: ¿Ahora que quiere… una carta de recomendación para su siguiente relación?, pero intuyendo que algo pasaría, y entre mi ego y mi curiosidad, me permití sentarme nuevamente a platicar.
Ex- No. 1
Después de platicar de trivialidades, de cómo no ha ido en la vida, etc. etc., en medio de lágrimas y con un arrepentimiento genuino, (al menos eso pude percibir), me pidió una disculpa, porque no había sabido valorarme y que realmente quería que perdonara su comportamiento, pero que no se sentía capaz de entablar una relación conmigo, porque, se sentía menos (así como lo lees), y que le daba miedo, ya que por más que se esforzara nunca podría estar a mi nivel económico y cultural. Obviamente no reproché nada, le dije que no había de que preocuparse y que de mi parte no había nada que perdonar. Aunque por dentro agradecí que tomara esa decisión no puedo estar con alguien que piense así.
Ex- No. 2
De igual manera hubo reencuentro, sin embargo, este reencuentro fue más difícil para mí ya que esta segunda persona, si había sido significativa en el pasado, pero, lleno de valor y con el corazón en una zipploc, para que no entrara ninguna esperanza de regresar, acudí a la cita, fuimos al teatro y después ya en la cena sucedió lo que ambos estábamos evitando, preguntarnos: ¿Qué nos había pasado? y cuál fue mi sorpresa: ¡Que efectivamente no había sido yo!, ¡Yo era perfecto!, según sus palabras, una persona con la cual se podría estar en una relación bien, una persona digna de admiración y respeto, y que era esta persona, quien en realidad no había podido entablar en una relación, por circunstancias de vida que estaba enfrentando era él.
Después de haberme torturado tanto tiempo, pensando, ¿que había hecho mal?, después de haber repasado en mi memoria el historial de cada relación, con la finalidad de entender mi patrón que daba como resultado una relación fallida, al estar nuevamente en contacto con estas personas, por fin pude perdonarme a mí mismo y entender que muchas veces lo que te dicen es cierto: NO ERES TÚ, SOY YO.
Es por eso que te invito a que, cuando te digan esa frase, la aceptes como viene y no te exijas, no te reproches, no te flageles, porque muchas de las veces, efectivamente no eres tú, (tú tienes muchas cualidades, virtudes y defectos que te hacen únic@ y maravillos@), es muy probable que sea cuestión de la otra persona y ahí efectivamente no puedes hacer nada.