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En el mundo actual, donde la imagen personal y el bienestar son cada vez más relevantes, la conexión entre lo que comemos y cómo nos sentimos es objeto de estudio y fascinación, la Dra. Sandy Dueñas nos cuenta más al respecto y los beneficios que tiene una dieta consciente. 

Dra. Dueñas
Dra. Sandy Dueñas

La neuroestética es una disciplina que toma como base a la neurociencia para definir a la estética desde sus bases neurobiológicas, por ejemplo, explicar porque en la estética los estímulos sensoriales adquieren un valor hedónico, es decir que los sentimos placenteros o asociados al disfrute debido a la activación de distintas redes neuronales.

Es importante explicar que la neuroestética se puede aplicar a la percepción de todo tipo de objetos como el arte, diseño, arquitectura, danza, música, muebles, películas, atardeceres, cuerpos y rostros. Dentro de la neuroestética se argumenta sobre todo como la percepción del arte y de cuerpos o rostros que nos parecen estéticos, evocan una sensación intensa de placer. 

Por su parte, la imagen corporal se considera como una construcción que involucra autopercepción, sentimientos, pensamientos y acciones referidas al propio cuerpo y principalmente a la apariencia. La autopercepción puede generar satisfacción o insatisfacción corporal. Ahora bien, esta percepción no se construye en soledad, se enlaza con un conjunto de valores sociales y culturales que condicionan la manera de vivir de las personas. En este sentido, la mirada respecto del propio cuerpo se percibe en relación a los referentes de belleza y estereotipos impuestos por la sociedad. Como consecuencia, en muchos casos, donde la percepción estética produce insatisfacción, se llegan a realizar dietas restrictivas, además de generar baja autoestima, de esa manera, nuestra percepción estética afectará directamente al tipo de alimentación que adoptemos. 

Por el contrario, cuando tenemos un tipo de alimentación consciente y saludable, mejoramos nuestra autopercepción y mantenemos el estímulo y motivación para continuar con un mindfulness eating.

La alimentación consciente es la aplicación de la atención plena a los pensamientos, emociones, sensaciones corporales y comportamientos relacionados con la alimentación. Diversos procesos fisiológicos y cognitivos involucrados en la alimentación como la memoria y la atención, así como el estado metabólico están involucrados en la respuesta alimenticia individual. 

La atención plena es una conciencia momento a momento de los pensamientos, sentimientos, sensaciones corporales y el entorno circundante. Ser consciente está relacionado con ser abierto, no crítico, amigable, curioso, tolerante, compasivo y amable. Las prácticas de atención plena tienen como objetivo cultivar el estado de atención plena, que pueden ser formales (por ejemplo, respirar, sentarse, caminar, escaneo corporal) o informales (por ejemplo, atención plena en la vida cotidiana).

Está demostrado que los ejercicios de mindful eating son eficaces para mejorar algunos de los problemas metabólicos, problemas con la comida y de salud mental como la depresión y el estrés, ansiedad, insomnio, etc. 

Neurológicamente, al realizar un ejercicio de atención plena, nuestro cerebro comienza a reducir las respuestas (del área subcortical) a los estímulos emocionales en la ansiedad y consumo excesivo de alimentos. Además, al entrenar la meditación de atención plena y consciente al comer, se reorganizan las redes cerebrales involucradas en la atención, la conciencia, la integración sensorial y el proceso de recompensa. Este último lo veremos conductualmente al reducir los comportamientos de atracones, o alimentación compulsiva en busca de recompensa neuronal, por lo que la alimentación consciente nos traerá un estado de bienestar general, sensorial y alimenticio reforzado neuronalmente.

Además es importante resaltar que el estado de ánimo y nuestra salud emocional, muchas veces es influenciado por nuestros hábitos alimenticios, tal vez no lo sepas, pero se ha comprobado que el consumo aumentado de verduras, semillas, legumbres, combinado con un consumo moderado de aves, huevo, lácteos y bajo consumo de carnes rojas están asociados a un menor riesgo de trastornos psicológicos como la depresión, y si fuéramos más conscientes de que es lo que comemos, podríamos reducir ese tipo de trastornos. 

Por ejemplo, el consumo de azúcares refinadas, (que la encontramos en una gran cantidad de alimentos rápidamente accesibles) provoca múltiples síntomas de depresión y cambios en el estado de ánimo. Otros estudios han mostrado también que el exceso de azúcares puede provocar irritabilidad, ansiedad y hambre, que dicho sea de paso, el hambre que provoca traerá luego más problemas emocionales al sentirse culpable por haber consumido calorías de más, convirtiéndose en un círculo difícil de romper.

La Dra. Dueñas nos comparte que lo más importante es escuchar y entender las señales de nuestro cuerpo para comenzar con una dieta consciente, la cual, nos abrirá el camino hacia la dieta estética. La cual a su vez estará conformada por alimentos antiinflamatorios e inclusive algún suplemento nutricional de calidad farmacéutica que enlentece el envejecimiento de la piel y ayuda a equilibrar la homeostasis de la piel.

Busca a la Dra. Sandy Dueñas en instagram @sandyduena o en su clínica @clinicaduenadetubelleza y aprende más acerca de este tema y muchos más para lograr ser la mejor versión de ti mismo.