Por: Mónica Velasco

Sin lugar a dudas, de todos los momentos y etapas en el año, el verano es la mejor oportunidad para desconectarnos de todo…¡hasta de quitarnos los zapatos! Y conectar con la Madre Tierra: ya sea en la playa, en el parque, en el jardín, en un río o donde quiera que estés aprovecha la oportunidad y disfruta los beneficios que esta sencillísima práctica te ofrece.

Seguramente has escuchado o visto el término grounding o earthing para describir esta práctica, que no es otra cosa sino conectar directamente con la Tierra y para ello es necesario que nuestra piel entre en contacto directo con la tierra ya que a medida que nos hacemos más “civilizados” más nos perdemos a nosotros mismos.

La práctica del grounding se puede hacer en exteriores y en interiores también; es totalmente gratis, no requieres ningún equipo especial y se recomienda hacerlo por lo menos 30 minutos al día.

¿Cómo surge esta práctica?

Primero que nada es importante decir que esta práctica es milenaria y que nuestros antepasados la realizaron día a día durante miles de años. Adicionalmente, en algunas poblaciones rurales e indígenas del mundo continúan con ella de manera cotidiana. La diferencia radica en que el estilo de vida y las rutinas del mundo moderno la han eliminado casi por completo de nuestra vida diaria.

Debemos tomar en cuenta que nuestro planeta es un ente vivo que libera electrones que crean un entorno bioeléctrico estable para el funcionamiento de todos los sistemas de los seres que habitamos este planeta y que permiten regular el reloj biológico, ritmo circadiano y ayudan a equilibrar los niveles de cortisol.

La idea de conexión a tierra es que el planeta en el que vivimos es una fuente de energía negativa beneficiosa a la que podemos «conectarnos» para contrarrestar la carga positiva que acumulamos a partir de nuestro típico estilo de vida moderno que a menudo carece de contacto regular y directo con la naturaleza.

La piel de los seres humanos funciona como un conductor que es capaz de absorber las cargas eléctricas de la Tierra; de ahí que la terminaciones nerviosas que tenemos en las plantas de los pies funjan como puntos de acupuntura capaces de canalizar dicha energía que ayuda a disminuir la inflamación y combatir los radicales libres que causan enfermedad.

Desgraciadamente, nuestro estilo de vida nos impide estar en contacto con esa fuerza de la naturaleza, sin embargo, al entrar en contacto con la tierra o bien, consumir alimentos que provienen de la misma entramos en contacto con los electrones libres que provienen de la Tierra y damos a nuestro cuerpo la oportunidad de estar mejor.

¿Qué beneficios ofrece esta práctica?

  1. Reduce la inflamación: la entrada de electrones libres al cuerpo neutraliza los radicales libres y reduce la inflamación celular aguda que provoca envejecimiento acelerado. Se cree que esta práctica puede mejorar la circulación sanguínea distribuyendo mejor los nutrientes en el cuerpo, así como la eliminación de toxinas y desechos; es decir, los electrones móviles de la Tierra pueden servir como antioxidantes naturales y reducir la inflamación crónica que acelera el envejecimiento celular.
  2.  Reduce hormonas de estrés: el tiempo que pasemos en la naturaleza puede revertir estrés y ansiedad al facilitar la introspección y permitir el flujo de las emociones estancadas.
  3. Mejora calidad de sueño: conectar el cuerpo a la tierra mientras estamos dormidos normaliza los niveles de cortisol y mejora los patrones de sueño. Cuando nuestro cuerpo no está alineado con los ritmos naturales de la tierra (luz/oscuridad) nuestra calidad de sueño e inmunidad sufren. Se cree que existe una relación directa entre la pérdida de alineación en ritmos circadianos y el aumento de casos de síndrome de fatiga crónica, puesto que la falta de sueño (o insomnio) es un síntoma de hormonas de estrés alto que tiene consecuencias en el corto y largo plazo para el organismo.
  4. Aumenta niveles de energía: considerado como un efecto colateral de una mejor calidad de sueño y descanso reparador que mejora la condición hormonal y disminuye inflamación celular.
  5. Disminuye dolor: la inflamación celular causa dolor y éste puede sentirse como hinchazón, rigidez, movilidad reducida, etc. además, la inflamación puede estar acompañada o derivarse en otros síntomas tales como: fatiga, fiebre, pérdida o aumento de peso, anemia, dolor de cabeza, trastornos menstruales, etc. Estudios recientes apuntan al grounding como una medida positiva para mejorar la actividad, disminuir inflamación, reducir dolor y tener mejores tiempos de recuperación en lesiones.

¿Cómo se hace earthing?

En realidad es algo facilísimo, solo tienes que dejar que tu cuerpo entre en contacto con la naturaleza. Algunos consejos para estar en mayor contacto con la Tierra son:

  • quítate los zapatos y camina descalzo en la tierra (playa, jardín, lago, piso de madera o barro)
  • haz jardinería (sin zapatos ni guantes)
  • aliméntate con comida que crece de la tierra
  • bebe jugos verdes
  • abraza un árbol
  • siéntate en el pasto o arena con los pies descalzos

La naturaleza nos quiere bien y nos ofrece infinidad de opciones y posibilidades para que estemos bien, para que nos reconciliemos con ella y para que podamos conectar y formar parte de ella, en lugar de estar en contra de ella.

Espero que pongas en práctica estos sencillos consejos para que tu energía fluya al ritmo de la Tierra y te sientas mejor en tu propia piel.

¡A tu salud!

Mónica Velasco

Yogui, Health Coach Holística & Funcional

Fundadora de www.reverdeser.com.mx