Por: Mónica Velasco

Todos en algún momento de la vida hemos tenido antojo por algo dulce ¿o no?

La verdad es que nos cuesta mucho trabajo decirle NO al azúcar ya que desde bebés hemos sido condicionados para desarrollar nuestro paladar y aceptar este tipo de alimentos. ¿y cómo no hacerlo?, honestamente, los alimentos dulces son la tentación mayor de cualquier ser humano. Claro, hay que diferenciar entre los alimentos dulces y saludables (como las frutas) de los no tan saludables (como los pastelillos, caramelos, refrescos, etc).

Y seguramente te preguntas ¿qué tan diferentes pueden ser si todos tienen azúcar?

Bueno, pues la respuesta pudiera parecer sencilla pero no lo es (tanto).

Resulta que efectivamente, las frutas y los caramelos tienen azúcar solo que las primeras no tienen conservadores, ni colorantes artificiales ni grasas trans ni azúcares añadidas ni exceso de sodio o de cualquier otro químico o aditivo que haga que dure mucho tiempo en tu alacena.

Pero sí. El azúcar que tu cuerpo recibe de comer una fruta (plátano, manzana, mango, etc) se procesa de la misma forma en tu organismo al igual de cómo se metaboliza un pastel de chocolate.

Te explico: El azúcar es un carbohidrato simple. Los carbohidratos son fuente de energía que se almacenan en forma de glucosa y se encuentra en alimentos saludables (granos, cereales, frutas, lácteos y vegetales); pero también los encontramos de manera abundante en alimentos no saludables como: dulces, postres, pasteles y pan, refrescos, jugos, néctares, embutidos, lácteos, entre un largo etcétera.

Cuando ingerimos estos alimentos el páncreas libera insulina para que la energía o glucosa que contienen estos alimentos pueda ser utilizada por el organismo.

Cuando el cuerpo recibe demasiada glucosa o “energía”, la guarda en una reserva de grasa para cuando se necesite; de esta manera, las calorías extras que consumes y no quemas se convierten en grasa corporal.

Si tu consumo de azúcar es constante a lo largo del día durante mucho tiempo estás abonando a desarrollar situaciones alarmantes para tu salud porque si los niveles de glucosa suben rápidamente y caen igual de rápido provocarán un círculo vicioso en el que te sentirás cansado, aletargado y ansioso por comer más azúcar (entiéndase carbohidrato), haciendo que el cuerpo libere más insulina y almacenando más grasa lo que provoca un desequilibrio en tus hormonas causando sobrepeso, más adicción al azúcar y predisposición a enfermedades como resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

Y entonces…¿qué hago?

Antes que nada: no te apaniques y sigue leyendo….

  1. Debes saber que es recomendable que aumentes tu consumo de carbohidratos complejos, (granos, cereales integrales, vegetales, verduras) porque éstos tardan más tiempo en ser digeridos por su alto contenido en fibra que ayuda a regular y disminuir la respuesta a la insulina en el cuerpo.
  2. Aumenta tu nivel de actividad física para evitar que acumules grasa en exceso.
  3. Come en bloques: es decir, cada tiempo de comida debe incluir fibra, proteína, verduras, grasas buenas (aceite de oliva, aceitunas, aguacate, almendras, etc.) y 1 carbohidrato complejo o una fruta pequeña.
  4. Haz los cambios necesarios en tu estilo de vida. No solo lograrás mejorar tu salud y tus niveles de energía y concentración, te aseguro que tu cartera lo agradecerá.

Los cambios en estilo de vida lo incluyen todo: alimentación, ejercicio, descanso, calidad de sueño, relaciones interpersonales, trabajo, estrés, recompensas, etc…

Debes saber que al comer en bloques lograrás ralentizar tu digestión, los niveles de glucosa serán más estables durante el día (evitarás picos de insulina), tendrás más nutrientes y te sentirás satisfecho por más tiempo dejando de tener ansiedad por cosas dulces y alimentos procesados; además, sentirás menos fatiga y cansancio porque tus niveles de energía incrementarán.

Estas recomendaciones funcionan y aplican de la misma forma para adultos que para jóvenes y niños (claro, guardando las proporciones). Por lo que si tienes hijos o sobrinos o nietos, te recomiendo que reconsideres el premiarlos con un dulce o postre cada vez que hagan algo bien o “se lo ganen”. Piensa que cada dulce es una invitación a que se disparen los niveles de insulina y en el largo plazo puede ser causante de muchos factores de riesgo para su salud.

La resistencia a la insulina y la diabetes son enfermedades que se pueden evitar y prevenir si cambiamos nuestro estilo de vida, adoptando conductas saludables, enseñándole a nuestros niños a tomar decisiones encaminadas hacia una mejor calidad de vida.

La salud está en nuestras manos.

¡A tu salud!

Mónica Velasco

Yogui + terapéutico, Health Coach Holística & Funcional

Fundadora de www.reverdeser.com.mx