Por Mónica Velasco

Entendernos a nosotros mismos es fundamental para poder tener una comprensión del mundo que nos rodea. ¿Quién soy? Es la pregunta filosófica y trascendental que todos los seres humanos nos hemos preguntado en algún momento y que hemos tratado de resolver desde el comienzo de la humanidad.

Cualquier individuo, sea niño o adulto, requiere saber quien es, y no solo por su nombre o género, sino que poder contestar la pregunta y saber ¿quién soy? define también las características, cualidades, defectos, fortalezas y debilidades que lo componen y de esta manera, puede interactuar con el medio que le rodea, ya que la relación que se desarrolle con el mundo comienza a partir de lo que se piensa de uno mismo.

De ahí que el autoconcepto, la identidad del ser, la autoestima y la visión del mundo son factores determinantes que delinean el tipo de relaciones que desarrollamos con los demás, pero sobre todo, con nosotros mismos.

Y es justamente esta relación es la que configura la base de la práctica de yoga porque es nuestra mente la que nos conecta o desconecta del momento presente. De ahí la importancia que tiene centrar la atención en la respiración, practicar meditación y asumir cada postura con la mente de principiante para no dejarnos envolver por los velos del egocentrismo y la competencia, (al menos durante el tiempo en el tapete).

Cuando practicamos yoga es fácil caer en la tentación de compararnos con los demás. Pero más allá de eso, la mente se da vuelo dictando un eterno dialogo interno haciendo comentarios feroces que analizan y/o califican la participación propia. De ahí que haya sufrimiento al realizar la práctica puesto que la mente se desconecta del cuerpo y comienza un viaje hacia la comparación, el cansancio, la autoexigencia, etc.

Pero la base está en uno. Me refiero a que cuando estamos en el tapete la atención debe estar en la respiración, en la coordinación del movimiento con la respiración para poder crear un “baile” sutil que alinea el cuerpo con la mente y el espíritu sin distracciones de ningún tipo. Se lee fácil pero toma tiempo y mucha práctica lograrlo.

De acuerdo con Pattanjali (sabio hindú y místico) Yoga es la ciencia de la mente; es un estilo de vida que facilita el autoconocimiento y el autodescubrimiento de nuestro verdadero yo. La práctica de yoga permite a quien la practica tener un cuerpo sano en una mente sana consiguiendo mayor concentración, claridad y memoria, revelando el verdadero potencial del ser para tener una vida más armoniosa y feliz.

¿Cómo se consiguen todos estos beneficios?

Primero que nada es importante considerar que cada individuo es como es. Todos somos diferentes y como dice el dicho: ”cada cabeza es un mundo”, lo que significa que habrá todo tipo de individuos y de experiencias en el shala.

Pero lo que realmente importa eres tú y tu propia experiencia. Cada individuo debe ocuparse de su propia práctica. Es cierto, hay quienes son más fuertes, otros más flexibles, unos más concentrados, otros más distraídos, en fin….

Lo importante es ¿qué te dices a ti mismo cuando estás en el tapete?, ¿cómo te hablas?, ¿te cansas y te rindes fácilmente?, ¿aguantas para demostrarle algo a los demás?, ¿sufres para sostener la postura?, ¿logras estar en el momento presente? ó ¿haces todas las posturas sin ni siquiera saber cómo las hiciste?

La clave está en la respiración. Esta actividad tan mundana que hacemos inconscientemente miles de veces al día pero que es sumamente valiosa porque permite a la mente calmarse, tomar un descanso, regresarla al aquí y ahora para abrir la puerta al autodescubrimiento.

En yoga, cada postura (fácil o difícil) es una oportunidad para revelar algo de ti que probablemente ni siquiera sabías. Cada postura te permite conocerte un poco más y explorar nuevas sensaciones para entender cómo es que tu mente funciona y darte cuenta de que lo único importante en el momento presente eres tú y tu respiración.

Porque al conocerte, puedes comprender cómo es que eres en verdad, que aspectos de tu vida requieren cambio o simplemente cómo te relacionas con los demás. Al estar atento a cómo eres, tu autoestima, tu autoconcepto, tu identidad y tu visión del mundo cambia y te permite realizar de manera consciente las adaptaciones necesarias para tener una vida mucho más ligera, estable, consciente y feliz.

Así que ya lo sabes, la próxima vez que estés en tu tapete respira profundo y conecta con esa inhalación que te abrirá la puerta hacia el autoconocimiento y tal vez, logres descubrir una faceta de ti que no conocías.

¡A tu salud!

Mónica Velasco

Yogui + terapéutico, Health Coach Holística & Funcional

Fundadora de www.reverdeser.com.mx