Por: Mónica Velasco

Las palabras en sánscrito “sukha” y “stira” se refieren a la fuerza y flexibilidad con la que un practicante debe desarrollar una assana y así desarrollar toda la práctica de manera constante y consciente.

De acuerdo con los budistas, una assana es “el asiento de todas las posturas” y sus principales características son estabilidad y comodidad.

Hatha Yoga define el término assana como “una posición específica que abre canales energéticos y centros psíquicos”.

A diferencia de occidente, en la India, una assana no se considera solamente una práctica o ejercicio físico. Una assana es un proceso que tiene como objetivo la integración del cuerpo con la mente y el alma para que al tener una percepción ininterrumpida de la atención logre el ser unificarse con el Universo.

“…La meta principal del yoga es la realización del Sí-mismo o la elevación del cuerpo y de la mente hacia el alma”.  B.K. S Iyengar

Es decir, la práctica de yoga no solo debe enfocarse en la actividad física sino en el bienestar emocional y espiritual; la práctica debe ser desinteresada sin enfocarse en la meta (cualquiera que ésta sea).

Es muy común encontrar un grupo variado y nutrido de practicantes en las salas de yoga. Lo hay todo: alumnos avanzados, bailarines, gimnastas y acróbatas, jóvenes con mucha elasticidad y hasta jubilados que temen no poder levantarse más si es que las posturas son de piso.

Todo esto está muy bien y las diferencias siempre serán bienvenidas ya que el instructor de yoga debe estar preparado para improvisar o hacer variaciones a su clase en función de los participantes que estén en ella. Sin embargo, lo importante no es qué tan abiertas o elásticas sean las personas ni con que facilidad o habilidad puedan desempeñar las posturas más complejas; en yoga lo más importante es tener conciencia del cuerpo y de la mente, estar en el momento presente, estar abierto a las posibilidades que brinda el escuchar al propio cuerpo siendo conscientes de la respiración.

En los sutras, Patanjali hace mención de los puntos relevantes para lograr el equilibrio durante la práctica de yoga, y más aún, fuera de ésta:

  1. Al centrar la atención en el cuerpo se concentra la atención en las opciones al tiempo que hace y deshace posturas. El yoga avanzado se logra cuando la mente deja de divagar y se enfoca en lo importante, sin tomar en consideración el grado de dificultad de la postura. La función de la postura es más importante que la forma.
  2. La respiración o pranayama es la base de la práctica ya que ésta lleva al cuerpo hacia el bienestar y lleva la mente hacia la calma. La respiración cura las distracciones de la mente.
  3. Cultivar el desapego y la paciencia. Sin duda estas son dos cualidades bastante precarias en la sociedad occidental. Acostumbrados a fijarnos metas, competir y ganar, hemos olvidado que la vida es un proceso en sí mismo; que las cosas buenas toman su tiempo y que los resultados no siempre son instantáneos. Hay que ser constantes permitiendo que las cosas sucedan, sin expectativas, observando y disfrutando cada momento.

Ahora bien, dado que la práctica de yoga si tiene un fuerte componente físico al realizar posturas (independientemente de su complejidad), es importante considerar:

  • La postura debe adaptarse al individuo y no viceversa
  • La sustentación de cada postura depende de la adecuada alineación, coordinación y balance de músculos, tejidos y articulaciones para evitar lesiones.
  • Es más importante tener conciencia y estabilidad en las posturas que tener un amplio rango de movimiento
  • La función de las posturas es preparar al cuerpo para la meditación
  • Las posturas deben ser firmes y relajadas, es decir, no deben alterar la respiración ni causar tensión

Como puedes ver, la práctica de yoga es muy completa, no solo porque se pone en movimiento todo el cuerpo sino porque la mente juega un papel clave. La fuerza y la flexibilidad no solo radica en los músculos sino en la mente. A medida que avanzamos y nos superamos a nosotros mismos, ampliamos nuestra conciencia y logramos desarrollar la capacidad de auto observarnos detectando y atendiendo nuestras necesidades personales al tiempo que calmamos nuestros pensamientos y afinamos nuestros movimientos.

Las posturas de yoga solo requieren de nuestra concentración y entendimiento de que éstas no solo fortalecen el cuerpo sino que también afectan la actividad mental, remueven toxinas y bloqueos dando paso a la flexibilidad de cuerpo y mente.

Practicar yoga de manera constante, responsable y enfocada es decisión de cada individuo. La fuerza y la flexibilidad que se desarrolla con la ejecución de cada assana se cultiva conforme la práctica avanza y la mente logra mantener la concentración y el desapego dentro y fuera del tapete.

¡A tu salud!

Mónica Velasco

Yogui, Health Coach Holística & Funcional

Fundadora de www.reverdeser.com.mx