Por: Mónica Velasco

El regreso a clases es inminente y con ello las enfermedades y contagios de una gran variedad de virus y bacterias que se encuentran en el medio ambiente y que, desafortunadamente, todos somos susceptibles de contraer.

Sin embargo, es ahora el momento adecuado para reforzar nuestro sistema inmunológico cuidando de nuestra alimentación y de esta forma, prevenir contagiarnos o bien, si no podemos evitar el contagio, al menos reducir a su mínima expresión los síntomas y malestares.

¿Y por qué hacemos tanto énfasis en la alimentación? Bueno, pues porque aún y cuando nuestras defensas actúan en todo el cuerpo (incluyendo la piel, pulmones, vellosidades y mucosas), es en el intestino en donde realmente se lleva a cabo el proceso de defensa del organismo.

El sistema inmune es nuestra primera línea de defensa ante los agentes patológicos y depende de la salud de nuestro intestino para poder ser eficiente y defendernos ante las amenazas: virus, bacterias, toxinas, microorganismos patógenos, etc.

La inmunonutrición se encarga de estudiar la interacción entre nutrición e inmunidad. Existen diferentes situaciones que pueden presentarse (metabólicas y/o patológicas) que se asocian con la nutrición y pueden ocasionar inmunosupresión que a su vez se presenta fuertemente influida por la inflamación. La inflamación ocurre cuando se detecta un agente extraño y se liberan citocinas proinflamatorias que inducen la inflamación. Ésta, a su vez, puede ocasionar daño al grado de provocar enfermedades autoinmunes dependiendo del órgano o área del cuerpo que se afecte más.

Cuando hay una mala alimentación o déficit nutricional (sea por exceso o falta de alimento) se provocan alteraciones en el organismo que incluyen: problemas de piel, enfermedades autoinmunes, desórdenes neurológicos, y enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, síndrome metabólico, etc.

Existen alrededor de 80 enfermedades autoinmunes y todas ellas se asocian con problemas nutricionales.

Entonces… ¿cómo logramos reforzar el sistema inmune?

Fácil: teniendo un intestino sano. Es decir, manteniendo en equilibrio nuestra microbiota (conjunto de bacterias buenas que viven en el intestino). Para lograrlo es importante cuidar los alimentos que consumimos, no solo las cantidades sino la calidad de éstos y teniendo un estilo de vida saludable que nos permite “prender” o “apagar” la inflamación celular.

Para ello es importante saber cuales son los alimentos que debemos consumir con más regularidad para mantener en equilibrio nuestra microbiota y por ende, mantenernos sanos.

  • Frutas y verduras: ricas en antioxidantes, vitaminas, minerales, fibra. Procurando consumir diariamente todos los colores del arcoíris
  • Incluir grasas saludables diariamente y en todos los tiempos de comida: aguacate, almendras, aceite de oliva, aceitunas, aceite de coco (NO cuentan los alimentos fritos, capeados, rebozados y empanizados con cualquier tipo de aceite)
  • Consumir proteína animal orgánica (preferentemente)
  • Utilizar hierbas y especias para resaltar sabor de alimentos (la recomendación es que dejes de utilizar los cuadritos de consomé, salsas, sazonadores o aderezos procesados)
  • Incluir algas marinas y tubérculos (camote, yuca) en tus preparaciones
  • Agregar superfoods (canela, cúrcuma, jengibre, té verde, semillas de cáñamo, cacao, etc.) a tus preparaciones
  • Consumir alimentos fermentados que benefician la microbiota (kéfir, kimchi, kombucha, verduras fermentadas como chukrut o sauerkraut)
  • Tener la suplementación adecuada que aumentan las defensas, cuidan la microbiota, reparan y sellan el intestino, mejoran la salud de la piel, bienestar del cerebro, etc.

Es importante recalcar que la alimentación y el estilo de vida que tenemos va de la mano con nuestro estado de ánimo y ambos se influyen recíprocamente. Por lo que, si estamos muy estresados o cansados, el cuerpo buscará alimentos o sustancias que lo hagan sentir más tranquilo o con más energía (comfort foods: alimentos procesados con altos contenidos de azúcar, sodio, grasas y carbohidratos) y esto provoca que nuestra microbiota se vuelva ineficiente al momento de protegernos contra las amenazas.

Por tal motivo, las siguientes son recomendaciones para mantenernos sanos:

  1. Cuidar los alimentos que consumimos y que éstos tengan los nutrientes necesarios
  2. Tomar 2lts de agua simple al día
  3. Tener contacto con la naturaleza y exponernos moderadamente a la luz solar
  4. Hacer ejercicio
  5. Dormir 7-8 horas diarias
  6. Darse permiso de descansar y relajarse

Espero que este regreso a clases te tome prevenido y que potencialices los beneficios de tu alimentación para mantenerte sano todo el año.

¡A tu salud!

Mónica Velasco

Yogui, Health Coach Holística & Funcional

Fundadora de www.reverdeser.com.mx