Por: Mónica Velasco

En junio festejamos a papá y sin afán de sonar trillada o a cliché, considero importante destacar los atributos que hacen que nuestros padres sean excepcionales a nuestros ojos.

Hace algunas décadas, el padre ocupaba un rol social muy activo en términos de proveer los bienes materiales y económicos para el correcto funcionamiento del hogar, pero se involucraba poco o nada en la crianza y la formación de los hijos. Afortunadamente, los tiempos han cambiado, las familias se han modificado y cada vez es más frecuente y común ver a los padres interesados, inmersos e involucrados en la crianza de sus hijos que va desde el cambio de pañal hasta el acompañamiento psicológico y emocional durante las distintas facetas por las que necesariamente deben atravesar los hijos e hijas a lo largo de su vida.

Esto es de vital importancia, porque más allá de lo evidente, los padres con su ejemplo tienen la gran responsabilidad de establecer los cimientos de una autoestima sana y una personalidad bien definida en sus hijas ya que de la relación que logren establecer desde temprana edad con su progenitor, dependerá (en buena medida) las decisiones que tomarán a lo largo de su vida adulta, incluyendo la manera en que se relacionarán con los hombres de su vida.

Por tal motivo, resulta fundamental que los padres posean, practiquen, e infundan los siguientes valores y fortalezas en sus hijas:

1-. Motivación de logro: léase curiosidad aplicada a la acción o tener ganas de triunfar, superarse, conseguir, etc. Se nace con ella, pero se activa con el ejemplo y papá resulta una figura relevante para conseguirlo.

2-. Independencia: equivale a la capacidad para tomar decisiones que va desde el sabor de un helado hasta con quien querrá compartir su vida adulta. Es fundamental que se enseñe a las niñas que pueden y deben tomar decisiones en su vida con conciencia y firmeza, pero con respeto hacia las figuras de autoridad.

3-. Sentido del humor: comienza cuando la niña sabe que se ríen con ella y no de ella. Papá puede fomentar la creación de bromas y chistes en el entorno familiar siempre y cuando éstas sean hechas sin afán de ofender o lastimar a los miembros de la familia.

4-. Competitividad, creatividad y espontaneidad: todos estos atributos se pueden fomentar en las niñas desde temprana edad y resulta favorable hacerlo puesto que fomentan la autoconfianza, resolución de problemas y adaptabilidad a su entorno.

5-. Conciencia social, ética y valores: ayudar a otros, ser honesta, ser honrada, decir la verdad son tan solo algunos valores fundamentales en la formación de nuestras hijas y que, sin duda, no hay mejor lugar para aprenderlos que en casa.

6-. Agradecimiento, optimismo y entusiasmo: ver el lado positivo de todas las cosas, confiar en una misma y en su entorno para obtener resultados positivos, reconocer y valorar lo que se tiene y sentirse feliz por ello. Todas estas son, sin duda, actitudes que pueden ser inherentes a la persona pero que en definitiva se aprenden en el seno familiar.

 

Adicionalmente, los padres tienen la responsabilidad de representar, formar, y modelar el carácter y los atributos que definirán la manera en que sus hijos se planten ante la vida y cómo sortearán los diferentes desafíos que se les presenten.

Desgraciadamente hay familias donde la figura masculina está ausente (física o emocionalmente) y tanto el sustento como la crianza recaen directamente sobre la madre de familia.

Sin embargo, cualquiera que sea el caso, es importante destacar que el rol de padre (aunque lo ejerza otro familiar) es vital para el sano desarrollo emocional de los niños. Los padres ocupan un lugar primordial en la autoestima de sus hijas e hijos y cuando este privilegio se ejerce desde el amor incondicional y auténtico, se logra criar seres humanos integrales, con valores y con un amplio sentido del bien común.

Por tal motivo, considero importante que celebremos y honremos a nuestros padres, aunque no se encuentren con nosotros. Su presencia o abandono resulta clave en nuestra vida y nosotros no estaríamos en el lugar que estamos de no ser por ellos. Así que ¡salud!, brindemos por nuestros padres que merecen nuestro agradecimiento. Reconozcamos su labor y su valor en la sociedad, que como dije anteriormente, constituyen una pieza clave en la formación de nuestra identidad y de la composición de la sociedad.

Con respeto, admiración y agradecimiento,

¡Felíz día del padre!

Mónica Velasco

 

(con información del libro “Hijos Fuertes” de Julia Borbolla,2014; y escuelaparapadres.com)